jueves, 26 de enero de 2012

Lección 65

"Mi única función es la que Dios me dio."
Reserva hoy (y durante los próximos días) 10 a 15 min para una sesión de práctica larga, en la que trates de entender el real significado de la idea de hoy, que pone en tus manos la llave que abre la puerta a la paz. Tratá de que las sesiones largas (de hoy y días siguientes) sean siempre a la misma hora, y tratá de fijarla de antemano y luego cumplirlo. La intención es planificar el día reservando un tiempo para Dios. Comenzá repitiendo la idea, luego cerá los ojos y fijate qué pensamientos aparecen, y si aportan u obstaculizan la idea de hoy. En este caso, decite "este pensamiento refleja un objetivo que me está impidiendo aceptar mi única función". Cuando ya no surjan pensamientos, decite: "Que en esta tabla rasa quede escrita mi verdadera función ." Luego repetí la idea de hoy y buscá pensamientos afines.
En las sesiones cortas, que deben hacerse una vez por hora por lo menos, usá el siguiente modelo: "Mi única función es la que Dios me dio. No quiero ni tengo ninguna otra". Algunas veces cerrá los ojos, y otras mirá a tu alrededor mientras lo repetís.
La idea de hoy reafirma tu compromiso con la salvación, y te recuerda que no tenés otra función salvo ésa. Ambos pensamientos son necesarios para un compromiso total, y para poder renunciar a las demás metas que nos hemos inventado. Ésta es la única manera en que podemos encontrar paz.