sábado, 11 de febrero de 2012

ME AMO Y ME ACEPTO TAL Y COMO SOY

"Padre mío permanece en mi mente desde el momento que me despierto, y derrama tu luz sobre mi todo el día.

Que solo los pensamientos que bendicen permanezcan en mí .

Que cada minuto sea una oportunidad de estar contigo, y que no olvide de darte las gracias cada hora por haber estado conmigo, porque siempre estás ahi, presto a escucharme y contestarme cuando te llamo.

Y al llegar la noche, que todos mis pensamientos sigan siendo acerca de ti y de tu amor; y quedarme tranquilo y sosegado, seguro de tu cuidado y con feliz certeza de ser tu hijo" - Curso de Milagros

Lección 79

"Permítaseme reconocer el problema para que pueda ser resuelto."
No podemos resolver (ni saber si está resuelto) un problema a menos que sepamos de qué se trata. El problema de la separación, que en realidad es el único que hay, ya se ha resuelto. Pero no lo hemos reconocido porque no reconocimos el problema; esta es nuestra situación hoy. Parecemos enfrentarnos a una larga lista de problemas, y apenas uno se resuelve, otro lo reemplaza; parecen no tener fin. Nadie podría resolver todos los problemas que el mundo parece tener, además. La tentación de considerar que los problemas son múltiples es la tentación de dejar el problema de la separación sin resolver; y tal como los percibimos, el desaliento y la depresión son inevitables. Si pudiéramos reconocer que nuestro único problema es la separación, en cualquier forma que se manifieste; que existe un común denominador, comprenderíamos que disponemos de los medios para resolverlos todos.
En las sesiones largas de hoy (2 de 10,15 min), preguntaremos cuál es el problema y cuál su solución. No asumiremos que ya lo sabemos, y trataremos de liberara nuestras mentes de las innumerables clases de problemas que parecen tener. Trataremos de reconocer que sólo tenemos un problema que no hemos reconocido. La respuesta a nuestras preguntas nos será dada. Tratá de no insistir en definir el problema; tratá de poner en duda tu definición de tu versión de lo que son tus problemas. Tratá de darte cuenta que al reconocer el problema real, también tenés la solución y podés quedar en paz.
En las sesiones cortas, (hoy no están regidas por el reloj, sino por la necesidad) ante cada problema que se te presente, recordate que tenemos que reconocer que hay un solo problema y una sola la solución. Con este reconocimiento, todos los problemas se resuelven y llega la paz. Ante cada dificultad que parezca surgir, decite de inmediato: "Permítaseme reconocer el problema para que pueda ser resuelto." y tratá de suspender todo juicio respecto al problema. Si podés, cerrá los ojos y preguntá cuál es el problema. Serás escuchado, y se te responderá.